Es obra del arquitecto Pedro de Ibarra y fue construida a partir del siglo XVI, su estilo es gótico tardío con aportaciones renacentistas. Destacan sus bóvedas de crucerías y su extraordinario retablo. En su interior alberga una talla policromada de la Virgen del Carrascal, probablemente del siglo XIII y de estilo protogótico. La ermita está dedicada a San Mateo, Patrón de Logrosán, cuya festividad tiene lugar el día 21 de septiembre.